Solidaridad cubana para todos: Colaboración médica, semilla para más vida

viernes, agosto 25, 2006

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Colaboración médica, semilla para más vida

Por: Vivian Collazo Montano*
serviex@prensa-latina.cu
A pesar de que en los últimos años se ha experimentado un notable avance en los índices de salud en las Américas, aún subsisten disparidades crecientes en varios países, donde la situación sanitaria dista mucho de ser adecuada.
Ejemplos sobran. La epidemia de SIDA en constante aumento, o la malaria, que extiende sus fronteras mientras la cifra personas en riesgo de contraerla se incrementa. Algo similar ocurre con la tuberculosis y el dengue, patologías que continúan siendo una grave amenaza, la fiebre amarilla, la enfermedad de Chagas o el cólera, son ya endémicos en algunas naciones.
Millones de niños sin vacunar, violencia doméstica, embarazo en la adolescencia, miseria, analfabetismo, insalubridad, desnutrición, y la falta de acceso a los servicios de salud u otras medidas sociales de protección, conforman hoy el cuadro epidemiológico de América Latina y el Caribe.
A todo ello hay que añadir el impacto que tienen los desastres naturales en la vida de los grupos de población más vulnerables y que ponen en peligro la vida de un sinnúmero de personas en el continente, (79 mil en los últimos 10 años). Sólo el huracán Mitch, en 1998, contabilizó 18 mil muertos y los deslaves en Venezuela, en 1999, 30 mil.
Ante tales tragedias Cuba, de manera rápida y eficaz, mediante el Programa Integral de Salud, (PIS), envió decenas de médicos de forma gratuita para prestar servicios en las zonas más afectadas, aunque ya desde hacía más de cuatro décadas la pequeña nación colaboraba en el campo de la salud con más de 60 países.
El PIS, extendido más tarde a otros estados latinoamericanos y del Caribe, muy pronto llegó a remotas y apartadas regiones de África, e incluso de la lejana Oceanía, como es el caso de Timor del Este, incluido hoy en dicho programa.
Pero la cooperación médica cubana con otras partes del planeta avanza y se amplía rápidamente en beneficio de la humanidad. La constitución en La Habana, el pasado 19 de septiembre, del Contingente Internacional de Médicos Especializados en Situaciones de Desastre y Graves Epidemias, Henry Reeve, una organización sin precedentes en la historia, es una prueba de ello.
Esa gran fuerza médica, creada luego del devastador paso del huracán Katrina por territorio de Estados Unidos, impedida de auxiliar a cientos de miles de damnificados por no contar con la aprobación del gobierno del presidente George W. Bush, mantiene su propósito y disposición de salvar vidas, como ya lo hace hoy en Guatemala.